Cómo afrontar el sentimiento de fracaso como padre

Es lo que escucho una y otra vez, de madres de todo el mundo: «Siento que estoy fracasando como madre» Todas nos hemos sentido abrumadas por el peso de la paternidad en algún momento. Cuando nos sentimos frustrados e impotentes como si no tuviéramos ni idea de lo que estamos haciendo.

Tal vez sea cuando sentimos que estamos haciendo algo mal, especialmente cuando no podemos decidir o no sabemos qué dirección tomar. Otras veces tenemos miedo de cómo va a acabar todo esto, al ritmo que llevamos.

Y las razones también varían. Quizá sientas que estás fallando como padre cuando..

  • Te culpas de la actitud de tus hijos (que se contagia a los más pequeños).
  • Las constantes rabietas y lágrimas de tu hijo te hacen sentir agotado al final del día.
  • El bebé nunca parece estar contento, por mucho que intentes calmarlo.
  • Te sientes culpable por no haberte ocupado lo suficiente de tus hijos.
  • No tienes ni idea de qué hacer para que tu hijo esté siempre tan enfadado.
  • Tu hijo no cumple con los hitos, y en el fondo te culpas por no hacer lo suficiente.
  • Gritas constantemente, por mucho que intentes no hacerlo, porque es lo único que parece funcionar.
  • Los días se sienten frenéticos, como si estuvieras apurando cada minuto.

Todos estos escenarios harían que cualquier padre se sintiera fracasado. Tenemos que recordar que no somos unos fracasados. Los fracasos ocurrirán en nuestro viaje como padres, pero debemos tener cuidado de no etiquetarnos como fracasados.

A continuación hay diez cosas para recordar que lo animarán cuando comience a sentirse como un fracaso como padre.

Encuentre esperanza en la situación

El peor sentimiento es la desesperanza. Cuando no hay esperanza, te sentirás con ganas de abandonar o dejar de intentarlo. Como padres, tenemos que seguir intentándolo porque nuestros hijos nos necesitan. Cuando tenemos una situación que nos hace sentir fracasados, tenemos que buscar la esperanza en la situación para cambiar nuestra perspectiva. Esto nos ayudará a replantear la situación y nos dará esperanza para seguir haciendo lo que tenemos que hacer.

Por ejemplo, Sally es una buena niña, pero cuando llega a casa del colegio, siempre está de mal humor y es cortante con sus padres. Se va a su habitación dando un portazo y diciendo que sólo quiere estar sola. Es una alumna sobresaliente y hace los deberes inmediatamente después del colegio.

El comportamiento suele ser parte del desarrollo normal

Su estado de ánimo es el que tienen muchos adolescentes después de un largo día de clase. Están agotados, cansados y necesitan estar solos un rato para descomprimir el día. En lugar de tomárselo como algo personal y de que su madre se lo tome a pecho y sienta que la relación con su hija es un fracaso, ha cambiado su perspectiva.

Ahora reconoce que esto es parte de la necesidad de su hija de descomprimirse después de la larga jornada escolar. Así que, en lugar de intentar iniciar una conversación cuando su hija llega a casa, le permite ir directamente a su habitación y hacer los deberes. Espera que algún día supere esta fase, y también sabe que su hija es responsable a la hora de hacer los deberes nada más llegar a casa. Esta es una de las razones por las que es tan buena estudiante. Tiene la esperanza de tener buenas conversaciones cada día después de que su hija se haya tomado el tiempo de descomprimirse sola y hacer los deberes en su habitación.

Busca la ayuda de los demás

Encontrar esperanza en la situación puede ayudarte a seguir adelante y a no personalizar las cosas como un fracaso. Si le cuesta encontrar la esperanza o los aspectos positivos de la situación, pida a un amigo que le ayude a encontrar la esperanza y hable del asunto con él. Otra opción útil es buscar un consejero para hablar de tu situación específica.

No podemos hacerlo todo

A menudo nos sentimos fracasados como padres porque no podemos hacerlo todo. No tenemos tiempo para hacer los dulces de cumpleaños caseros para la clase de nuestro hijo, o no podemos ir a sus partidos de baloncesto porque tenemos un trabajo durante esas horas. Tenemos que dejar de intentar hacerlo todo. Somos seres humanos y tenemos límites, incluyendo el número de horas en un día.

Darnos gracia

No podemos hacerlo todo, así que tenemos que dejar de presionarnos para ser una súper mamá o un súper papá. Permítete la gracia cuando no puedas hacerlo todo. ¿Has tenido que irte hoy a trabajar con los platos desbordados en el fregadero y con montones de ropa esperando a ser lavada? No pasa nada. Estará ahí más tarde y se podrá hacer más tarde. Date un poco de gracia y flexibilidad. No podemos ser perfectos ni superhumanos. Sé tú mismo y dite a ti mismo que no pasa nada si no lo haces ahora mismo. Simplemente no puedes hacerlo todo.

Las decepciones son parte de la vida

Cuando no podemos estar ahí para nuestros hijos en todas sus actividades, podemos sentir que les estamos fallando. Esos juegos que nos perdemos por el trabajo o las vacaciones a las que no pudieron ir porque el dinero era escaso son cosas que normalmente suceden.

Si empiezas a sentirte fracasado como padre cada vez que te pierdes las cosas de tus hijos, recuerda que las decepciones forman parte de la vida. Ayudar a tu hijo a hablar de ello y a procesar sus sentimientos es una buena manera de enseñarle a enfrentarse a las decepciones de la vida.

Sepa que es suficiente

Sepa que usted es suficiente. Al fin y al cabo, tu hijo sólo te quiere a ti. Le quiere a usted como padre, no a nadie más. Existe un vínculo especial entre padres e hijos.

Sepa que las vacaciones caras o los últimos videojuegos no son lo más importante. Lo que es mucho más importante es que sigas siendo su padre o madre y que los ames. Incluso cuando no puedan estar juntos, un simple mensaje deseándoles buena suerte en el partido les levantará el ánimo porque viene de su padre. Tú eres suficiente porque eres su padre y estás en su vida.

No pierdas de vista los buenos recuerdos

Nadie tiene una infancia perfecta. Simplemente no existe. Pero todos podemos tener grandes recuerdos durante nuestra infancia.

Tómate el tiempo de registrar los buenos recuerdos. Estos te ayudarán a superar los momentos difíciles como padre. Guarda álbumes de fotos o anota en un diario tus recuerdos especiales como padre o madre. Escriba sobre los maravillosos momentos que pasó de vacaciones con su hijo, escriba en un diario lo orgulloso que está de sus esfuerzos en la escuela y de lo que ha logrado, o mantenga un tablón de anuncios con fotos y recuerdos felices en su casa.

Mantén un registro de todos los buenos recuerdos tanto como puedas. Serán mayores y se irán de tu casa antes de lo que crees. Destaca los buenos recuerdos haciendo un seguimiento de estas cosas con fotos, diarios, álbumes, un blog o lo que mejor te funcione. Conservar los recuerdos os ayudará a ti y a tu hijo a centraros en las partes buenas de su infancia y en los aspectos positivos de vuestra relación.

No estás solo

La crianza de los hijos es el trabajo más duro del mundo. No estás solo. Hay miles de millones de padres en este planeta. Todos luchamos. Todos nos sentimos fracasados de vez en cuando. No hay una sola manera de criar a un niño porque cada niño es único. Lo único que podemos hacer es intentar criar a nuestros hijos de la mejor manera posible para ellos y sus problemas vitales.

Cuando te sientas solo en tu camino, acude a otros padres. Hay muchos grupos de Facebook en los que puedes encontrar padres que se enfrentan a problemas difíciles similares. ¿Tienes un hijo con un trastorno alimentario? Puedes encontrar grupos en las redes sociales donde puedes comunicarte con otros padres en la misma situación. Esto te ayudará a entender mejor a tu hijo y su condición, y lo que es más importante, te ayudará a encontrar apoyo de otros padres en el mismo viaje.

Hay ayuda disponible

Para encontrar grupos de apoyo en tu zona, puedes ir a Mental Health Americas. [1] Si estás luchando con problemas de crianza o te sientes fracasado como padre, entonces debes encontrar un grupo de apoyo o un consejero. Utilice el sitio web de Mental Health America o encuentre un consejero local utilizando las herramientas de búsqueda del sitio web de Psychology Today.[2]

A veces es necesario alejarse

Discutir con nuestros hijos puede hacernos sentir que estamos fallando. Gritar, vociferar y levantar la voz nunca son las mejores soluciones. A veces, sólo tenemos que alejarnos.

Esto no significa alejarse para siempre En absoluto. Lo que significa es que a veces, necesitamos calmarnos, o a veces es nuestro hijo o adolescente el que necesita tiempo para calmarse. Está bien decir: «tenemos que dejar de discutir y calmarnos, podemos hablar de esto en una hora», o cuando creas que es lo mejor. Deja tiempo y espacio para que las emociones de ambas partes se calmen.

Las disculpas y el perdón son muy útiles

Nosotros vamos a cometer errores, y tu hijo también. Tenemos que estar preparados para perdonar y disculparnos. A algunos padres les resulta difícil disculparse con sus hijos, pero pedir perdón ayuda a crear mejores relaciones. Demuestra a tu hijo que le importa lo suficiente como para que le pidas disculpas por tu error. Cuando no se piden disculpas, los niños quedan heridos y lastimados. Algunas de esas cicatrices pueden perdurar hasta la edad adulta.

Esté dispuesto a admitir sus errores y a pedir perdón. Esto ayudará a que la relación con tu hijo se fortalezca a largo plazo. La confianza se reforzará en la relación. También aprenderán que las disculpas y el perdón son partes importantes de una relación sana a través de tu ejemplo y comportamiento.

También debemos cuidarnos a nosotros mismos

La crianza de los hijos es un trabajo duro, y puede pasarnos factura emocional, mental y físicamente. Debemos asegurarnos de cuidarnos a nosotros mismos para estar preparados para la dura tarea de ser padres.

Asegúrate de dormir lo suficiente, comer sano, hacer ejercicio y tener una salida para tus emociones. Cuídate por tu bien, el de tu hijo y el de tus seres queridos. Sólo puedes ser lo mejor de ti mismo cuando te cuidas bien.

Conclusión

Siempre que te sientas fracasado como padre, recuérdate que la paternidad es un maratón, no un sprint. Habrá cuestas, valles y muchos baches en el camino. Nos espera un largo viaje, así que es mejor reconocer que los fracasos llegarán a lo largo del camino. Así estaremos mentalmente preparados para afrontar los baches y los valles que se presenten en nuestro viaje como padres.

Busque ayuda y apoyo profesional cuando usted o su hijo lo necesiten. Sepa que no está solo en este viaje. Todos estamos en este viaje, una lucha y un fracaso a la vez. Así que apoyémonos unos a otros cuando más lo necesitemos.