Señales de depresión en los niños y cómo ayudarlos

Los niños, al igual que los adultos, pueden estar deprimidos. A veces, niños aparentemente normales y sin grandes problemas en la vida pueden deprimirse. Es el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro que provoca la depresión clínica. Hay signos específicos que debe reconocer en su hijo si está deprimido. Conseguirles ayuda y tratamiento es crucial para su bienestar mental.

En este artículo, analizaremos los signos de la depresión en los niños y cómo los padres pueden ayudarles a superarlos.

Signos de depresión en los niños

El DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) es la guía de instrucciones ampliamente aceptada que utilizan los profesionales para diagnosticar los trastornos mentales. El DSM caracteriza un Episodio Depresivo Mayor como comportamientos depresivos que duran consistentemente dos semanas o más. Por lo tanto, si su hijo ha estado «deprimido», sintiéndose desesperado o con tristeza durante más de dos semanas, debería ser motivo de preocupación e investigación.

A continuación se indican los signos de depresión según el manual del DSM. El individuo debe tener al menos cinco de estos comportamientos presentes durante un período de dos semanas o más para que se le diagnostique oficialmente que padece un MDD (Trastorno Depresivo Mayor). A continuación se presenta un resumen/generalización del manual del DSM:

  • Sentimientos de profunda tristeza o estado de ánimo deprimido que duran la mayor parte del día (durante dos semanas o más). En el caso de los niños, pueden presentarse como irritables en lugar de tristes.
  • Disminución del interés por las actividades (de nuevo la mayor parte del día o todo el tiempo).
  • Pérdida significativa de peso (no a través de dietas), o disminución del apetito. En los niños, no logran el aumento de peso esperado durante el crecimiento.
  • Dificultad para dormir (insomnio).
  • Una ralentización de las capacidades/acciones psicomotoras o una aparente agitación de estas capacidades psicomotoras. Esto significa que, o bien tienen momentos que carecen de propósito y parecen hechos por la agitación y la tensión, o bien hay una importante lentitud/retraso de su discurso y acciones físicas.
  • Fatiga y pérdida de energía.
  • Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva todos los días.
  • Dificultad para pensar, tomar decisiones o concentrarse cada día. Esto puede reflejarse en sus calificaciones.
  • Preocupación por la muerte y el morir o pensamientos suicidas.

Tenga en cuenta que si su hijo está sufriendo la pérdida de un ser querido y está procesando las etapas del duelo, es normal que presente estos signos de depresión. Si parece que está atascado en la etapa de depresión, entonces es el momento de buscar asesoramiento sobre el duelo para ayudarle en el proceso de duelo.

Sin embargo, si no están sufriendo un duelo o una condición médica que causaría los síntomas anteriores, entonces deben ser llevados a un profesional para un posible diagnóstico y tratamiento de MDD (Trastorno Depresivo Mayor).

Cómo ayudar a su hijo con depresión

La depresión no debe tomarse a la ligera. Especialmente si hay pensamientos suicidas. Los sentimientos y emociones del niño son reales y deben tomarse en serio. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), el suicidio es la segunda causa de muerte en individuos de entre 10 y 34 años[1]

Se recomienda la ayuda profesional si cree que su hijo cumple los criterios del trastorno depresivo mayor (TDM). Puede llevar a su hijo al pediatra para que lo evalúe y lo derive. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, pueden beneficiarse de la medicación, como los antidepresivos.

La mayoría de los profesionales no dispensan medicamentos como primer remedio para la depresión. En cambio, la terapia es la primera línea de defensa contra la depresión, y la medicación se combina con la terapia si ésta no es suficiente o los síntomas son lo suficientemente graves.

Pruebas

Existen herramientas de evaluación que los profesionales pueden utilizar para ayudar a determinar adecuadamente si su hijo está deprimido. Las tres herramientas utilizadas para evaluar la depresión en los niños son:

  • La Escala de Calificación de la Depresión Infantil (CDRS)
  • Inventario de Depresión Infantil (CDI)
  • Impresión Clínica Global (CGI)

Llevar a su hijo a un profesional de la salud mental, un psicólogo o un psiquiatra puede ayudar a garantizar que se realicen las pruebas y la evaluación adecuadas.

Terapia

Hay muchos tipos de terapia disponibles hoy en día. Es importante encontrar un profesional especializado en la depresión infantil y en su tratamiento.

La terapia cognitivo-conductual es uno de los principales métodos terapéuticos para tratar la depresión infantil. En el caso de los niños más pequeños, la terapia de juego es útil para tratar la depresión infantil, ya que los niños suelen ser capaces de comunicarse mejor a través del juego que sólo con la conversación.

Qué pueden hacer los padres en casa para ayudar a su hijo deprimido

Además de buscar ayuda profesional, hay un par de cosas que los padres pueden hacer en casa para ayudar a su hijo deprimido:

1. Hablar con su hijo sobre sus sentimientos de forma compasiva y empática.

Puede parecer una gran presión sentarse cara a cara y preguntar a su hijo sobre sus sentimientos. Sin embargo, dar un paseo, jugar a un juego de mesa o jugar con su hijo (elija lo que sea apropiado para su edad) puede permitirle relajarse y abrirse sobre sus sentimientos.

Haga a su hijo preguntas abiertas que requieran algo más que un simple sí o no para entablar conversaciones más significativas. No juzgue nunca a su hijo cuando se muestre abierto y sincero con usted, porque inevitablemente se cerrará y dejará de mostrarse abierto.

Está bien permitir periodos de silencio durante las conversaciones porque a veces el niño está procesando sus pensamientos y emociones durante el tiempo que pasáis juntos. No es necesario llenar el espacio y todo el tiempo con conversaciones, ya que el silencio a veces es útil.

2. Ofrece actividades que les ayuden a relajarse y desestresarse.

Para los niños más pequeños, hay formas sencillas de ayudarles a relajarse.

Ofrezca oportunidades de juego que les resulten relajantes, como colorear, pintar, trabajar con Play-do o arcilla, o jugar con arena y juguetes de arena. De nuevo, encontrar actividades que interesen a tu hijo y que sean apropiadas para su edad son útiles para que se relaje.

3. Limita el tiempo de pantalla.

La tecnología no ayuda a que su hijo esté menos deprimido. A menudo puede ser una vía de escape que les impide abrirse más a sus sentimientos y emociones.

Limite el tiempo frente al televisor, el portátil, el smartphone, los videojuegos y las tabletas, etc. Hay que limitar cualquier aparato electrónico que impida a su hijo las interacciones cara a cara. El Dr. Sears cita que los investigadores han encontrado que los niños que tienen mayores niveles de tiempo frente a la pantalla tienen un mayor riesgo de ansiedad y depresión.[2]

Proporciona actividades alternativas para sustituir el tiempo de pantalla, como ir de excursión, hacer manualidades, dibujar, construir, montar en bicicleta y jugar al aire libre, etc. Algunos niños pueden ser tan dependientes del tiempo frente a la pantalla como su fuente de entretenimiento que pueden necesitar que usted participe en actividades alternativas junto a ellos para poder participar en las actividades.

No puedes simplemente decirle a tu hijo que salga a jugar fuera si sufre de depresión, no tiene amigos y está acostumbrado a sentarse y jugar a los videojuegos cada día después del colegio. Salga con su hijo y haga una excursión por la naturaleza o llévelo a un parque infantil y diviértanse juntos para que se involucre en estas actividades alternativas.

4. Promueva el tiempo al aire libre y las actividades físicas.

Anime a sus hijos a participar en actividades que tengan que ver especialmente con la naturaleza, como las excursiones por la naturaleza. Realice estas actividades con ellos para ayudarles a participar en ellas. Una vez más, esta es una oportunidad para que se produzcan conversaciones abiertas y se pase un tiempo de calidad.

5. Ayude a su hijo cuando surjan problemas y tareas difíciles.

Ayúdele a dividir la tarea en partes más pequeñas y manejables. Los niños con depresión suelen tener dificultades para asumir problemas y tareas de gran envergadura y les resultan abrumadores. Ayudarles a dividir la tarea en partes más pequeñas y manejables les ayudará a aumentar su confianza cuando dominen las pequeñas tareas.

Si se dominan las pequeñas tareas, con el tiempo se dominarán las más grandes. Se trata de un proceso en el que hay que tener tiempo, paciencia y voluntad de trabajar con el niño. Esto no significa hacer la tarea o asumir el problema tú solo. Muchas veces, lo único que necesita el niño es que usted divida la tarea más grande en otras más pequeñas y manejables, y que le hable pacientemente de la realización de esas tareas más pequeñas.

6. Ayude a su hijo a reducir el estrés vital.

Cuando los niños están deprimidos, tienen mayor dificultad para manejar las actividades de la vida en general. Reduzca las actividades que hacen que aumente el estrés y busque formas de ayudar a reducir el estrés en la vida de su hijo.

7. Fomente un ambiente positivo en el hogar.

Reduzca o elimine las actitudes, el lenguaje y las conversaciones negativas. Evite también levantar la voz, los comportamientos pasivo-agresivos y cualquier forma de violencia física en el hogar.

Haga de su hogar un refugio seguro para su hijo en lugar de un ambiente siempre volátil (en palabras, emociones o físicamente). Haz que sea un entorno tranquilo que haga que tu hijo se sienta seguro mental, emocional y físicamente.

8. Ayude a su hijo a ver lo positivo en las situaciones de la vida.

Señale los aspectos positivos de una situación en lugar de los negativos. Ayúdele a ver el lado positivo de cualquier situación.

Sea un modelo de ver lo positivo en la vida diciendo palabras edificantes, alentadoras y positivas. Resiste la tentación de expresar los pensamientos negativos que se te ocurran, ya que tu hijo puede alimentarse de tus emociones y palabras.

9. Cree a tu hijo cuando te cuente cómo se siente.

Escúchele con paciencia y tome en serio sus palabras. No desprecies ni minimices sus sentimientos. Exprese su empatía y compasión cuando hable de sus sentimientos. Ayúdele a utilizar las frases «me siento» para expresar sus emociones.

10. Esté atento a los comportamientos suicidas.

Estos comportamientos incluyen que su hijo/adolescente investigue este tema en Internet, que regale sus posesiones y que se preocupe por la muerte.

Busque ayuda profesional inmediatamente ante la presentación de comportamientos o pensamientos suicidas. Tenga a mano este número y utilícelo en caso de duda: Número de teléfono de la Línea Nacional de Prevención del Suicidio 1-800-273-8255.

11. Mantenga todas las recetas, el alcohol, las drogas y las armas bajo llave y lejos de los niños y adolescentes.

Esto es un hecho para todos los niños, pero aún más imperativo para los niños que están deprimidos, ya que tienen una mayor probabilidad de abusar de las drogas y el alcohol. También es más probable que intenten suicidarse. Por lo tanto, mantén las armas y las herramientas, como las cuerdas y los cuchillos, que pueden utilizarse para el suicidio, fuera de la capacidad del niño.

12. Pase tiempo de calidad con su hijo.

Saque tiempo durante su jornada, todos los días, para pasar tiempo de calidad con su hijo. Puede que tenga un tiempo limitado y no pueda dedicar una hora o más al día a un tiempo individual con su hijo, pero debería dedicar un mínimo de 20 minutos al día a pasar un tiempo individual de calidad con su hijo. Prueba las actividades sugeridas en el punto 3.

13. Anime y apoye a su hijo.

Demuestre amor y no frustración o enfado por la situación y el estado de su hijo. Ayude a mantener su actitud positiva para que su hijo también pueda ver lo positivo.

Diga diariamente palabras de afirmación que no se basen en los resultados finales (como una nota o una victoria), sino que elogien el esfuerzo que realizan. Si elogia el resultado, se sentirá decepcionado cuando sus esfuerzos no den resultado. Si se les elogia por sus esfuerzos independientemente del resultado, su confianza se basa en algo que pueden controlar (el esfuerzo que ponen en las cosas).

14. Ayude a su hijo a llevar un estilo de vida saludable.

El sueño es un factor muy importante en el estado de ánimo de tu hijo. No dormir lo suficiente puede hacer que todo el día se altere. Según Sleep Aid Resource, los niños de entre 3 y 18 años necesitan dormir entre 8 y 12 horas cada noche:[3]

Asegúrate de que tu hijo lleva una dieta sana y equilibrada, realiza actividad física/ejercicio a diario y duerme lo suficiente.

15. Ayude a su hijo a fomentar relaciones y amistades positivas con sus compañeros.

Organice citas de juego para su hijo pequeño y anime a los mayores a invitar a sus amigos a casa.

16. Hable del acoso escolar.

Puede ser una de las causas de la depresión de su hijo, así que hable de su vida fuera de casa y de sus interacciones con sus compañeros. Ayúdele a reconocer el acoso y discuta cómo manejar el acoso adecuadamente.

17. Ayude a su hijo a seguir el plan de tratamiento indicado por su médico, consejero, psicólogo o psiquiatra.

Asegúrese de conocer el plan de tratamiento que el profesional de la salud de su hijo ha trazado para él. Puede incluir recomendaciones de sesiones de asesoramiento, medicamentos y recomendaciones para seguir en casa. Completar el plan ayudará a obtener resultados óptimos para su hijo a largo plazo. Un plan no funciona si no se sigue.

18. Reconozca que el tratamiento profesional tarda en mostrar resultados.

No espere resultados durante las primeras semanas. Puede tardar un mes o más, así que sea paciente y comprensivo con su hijo.

La depresión en los niños es curable

La depresión en los niños puede producirse por diversos motivos. Es bastante tratable.

Se recomienda la ayuda profesional si su hijo puede ser diagnosticado con un episodio depresivo. Hay intervenciones que pueden llevarse a cabo en un entorno profesional, en casa y en la escuela. La clave es tener un plan de acción para ayudar a su hijo.

Ignorar el problema o esperar que la depresión desaparezca sin más no es un buen plan. El tratamiento es imprescindible para curar la depresión en los niños.

El primer paso es hablar con el pediatra de su hijo para poner en marcha el proceso. Él le remitirá a los especialistas de su zona que pueden ayudar a su hijo a superar y vencer su depresión día a día. Con usted a su lado, cada paso del camino lo superarán juntos y es muy posible que su relación con su hijo se fortalezca también en el proceso. Ese puede ser su resquicio de esperanza o su visión positiva de la situación.